¿Has sentido alguna vez un fuerte tirón en el gemelo cuando estabas entrenando? Es probable que se trate de una rotura fibrilar del gemelo, rotura de fibras o un desgarro muscular.
Se trata de una lesión muy común entre los deportistas, especialmente los futbolistas, corredores o atletas profesionales, ocurren en mayor cuantía cuando no se ha hecho un calentamiento adecuado previo al entrenamiento.
- Qué es la rotura fibrilar del gemelo
- Síntomas y signos de rotura fibrilar de gemelo
- ¿Cuáles son las causas de la rotura fibrilar del gemelo?
- Tratamiento de la rotura fibrilar de gemelo
¿Qué es la rotura fibrilar del gemelo?
La rotura fibrilar de gemelo, también conocido como desgarro muscular, consiste en la rotura de una o varias fibras musculares del mismo.
Como comentamos anteriormente, se trata de una lesión habitual dentro del mundo del deporte, especialmente en aquellos ejercicios que requieren aceleraciones, deceleraciones o cambios de dirección.
La rotura fibrilar se produce por una elongación excesiva del músculo, derivada de una contracción brusca o un gran esfuerzo que sobrepasa la capacidad de adaptación del mismo.
En función del músculo afectado y el número de fibras dañadas, la gravedad del desgarro será mayor o menor. Por tanto, el tiempo de recuperación puede oscilar:
- Desgarros leves: entre 8 y 10 días
- Roturas moderados: entre 2 y 3 semanas de recuperación
- Roturas graves: entre 6 y 8 semanas
Anatomía del gemelo
El Gemelo (o gastrocnemios), es un músculo formado por dos cabezas musculares, una interna y otra externa, que surgen de la parte inferior femoral, a la altura de la pantorrilla.
Junto con el músculo Sóleo, recorren la parte posterior de la tibia, desde la parte alta del peroné e interna de la tibia, hasta alcanzar el Tendón de Aquiles, donde se une con el hueso calcáneo (hueso del talón).
La principal función de los gemelos es aportar estabilidad a la rodilla, controlar la extensión del tobillo y asegurar la estabilidad del organismo al permanecer de pie. Son músculos expuestos a importantes cargas y tensiones, ya que están constantemente activos.
En ocasiones, las aceleraciones o desaceleraciones repentinas, suponen una tensión excesiva para los gemelos y se produce la lesión.
Diferentes grados de rotura fibrilar de gemelo
La gravedad de la lesión puede variar en función de la zona y el número de fibras afectadas.
- Grado I: Lesión leve, que compromete menos del 5% del espesor del músculo.Se acompaña de ligero dolor, el paciente no puede determinar el lugar exacto del que procede. Plazo de recuperación de 1 o 2 semanas.
- Grado II: Lesión moderada, que compromete más de un 5% de las fibras musculares. Son las más habituales, el paciente presenta dolor, un hematoma y limitación funcional. Plazo de recuperación de 3 a 4 semanas.
- Grado III: Es la lesión más grave. Compromete la mayoría de las fibras musculares, el paciente refiere dolor muy intenso, hematoma, inflamación y ocasiona la pérdida total de la capacidad funcional. Plazo de recuperación de entre 6 y 8 semanas, pudiendo prolongarse.
Síntomas de rotura fibrilar de gemelo
Una rotura fibrilar de gemelo se caracteriza principalmente por el intenso dolor que presenta el paciente; así como la dificultad o imposibilidad de mover el músculo. Los síntomas varían significativamente según el grado de lesión.
- Dolor intenso y repentino: Es el principal síntoma de la rotura muscular. Puede producirse en el momento de la rotura o después de la misma.
- Inflamación e hinchazón: Otro síntoma de la rotura fibrilar de gemelo hace referencia a la inflamación de la misma, que en muchos casos dificulta el movimiento.
- Hematoma interno o muscular: Por rotura de los vasos sanguíneos de la zona lesionada.
- Impotencia funcional: Este síntoma está relacionado con lesiones de mayor gravedad, hace referencia a la dificultad que presentan los pacientes para realizar los movimientos habituales en los que está involucrado el músculo afectado (andar, caminar de puntillas, doblar la rodilla o extenderla entre otros)
- Mareo y sudores fríos: El intenso dolor que se produce en lesiones graves puede desencadenar estos síntomas.
- Deformidad en la zona lesionada: En los casos de roturas parciales o totales, aparece un bulto y un hundimiento en el tejido afectado “signo del hachazo”
¿Cuáles son las causas de la rotura fibrilar del gemelo?
Correr sin realizar un calentamiento adecuado, la fatiga muscular o la existencia de demasiado estrés en la musculatura pueden ser factores condicionantes de la lesión, ya que disminuye la capacidad de adaptación de las fibras ante estímulos de carga o tracción que se producen habitualmente.
Tratamiento de la rotura fibrilar de gemelo
El traumatólogo será el profesional encargado del diagnóstico y comprobará la extensión de la lesión en cada paciente, indicará el uso de material ortopédico (Bota, muletas, etc), en aquellos casos en los que sea necesario.
El paciente podrá comenzar el tratamiento fisioterapéutico para la recuperación, siempre que se respeten los plazos biológicos marcados para la recuperación del tejido afectado, que varían dependiendo del grado de lesión.
- Tratamiento fisioterapéutico: Es la opción más conservadora y la más empleada. El tratamiento fisioterapéutico dependerá del grado de lesión muscular, pero siempre va orientado a mejorar la circulación, disminuir el edema en la zona de lesión, normalizar la tensión muscular, recuperar la movilidad de rodilla y tobillo. Y según la evolución incluir ejercicios y la vuelta a la actividad.
- Tratamiento quirúrgico: En casos de mayor gravedad, puede ser precisa la realización de una intervención quirúrgica para reparar el desgarro o la rotura en caso de ser total, con ello se garantiza la devolución de la funcionalidad al músculo.
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Preguntas frecuentes
La curación de una rotura de fibras en el gemelo puede tardar entre 2 a 8 semanas, dependiendo de la gravedad de la lesión.
Los síntomas incluyen dolor agudo y repentino en la pantorrilla, hinchazón, moretones, y dificultad para caminar o levantar el talón. Un diagnóstico adecuado requiere evaluación médica, a menudo complementada con una ecografía o resonancia magnética.
El tratamiento incluye reposo, aplicación de hielo, compresión, elevación (método RICE), antiinflamatorios y, posteriormente, fisioterapia para recuperar la fuerza y la movilidad.