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TRATAMIENTO FISIOTERAPIA RODILLA

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Tendinitis rotuliana

La tendinitis rotuliana, también conocida como tendinopatía rotuliana o «rodilla del saltador», es una afección caracterizada por la inflamación o irritación del tendón rotuliano, que conecta la rótula (patela) con la tibia.

Esta condición suele desarrollarse como resultado de microdesgarros en el tendón producto de actividades que implican movimientos repetitivos de salto, como el baloncesto, el voleibol o el atletismo, aunque también puede ser causada por otros tipos de sobrecarga debido a diferentes actividades físicas o cambios bruscos en el entrenamiento, así como tensión excesiva en el tendón.

La tendinitis rotuliana, también conocida como tendinopatía rotuliana, puede ser originada por varias causas. Una de las principales es el sobreuso o la sobrecarga del tendón rotuliano, que ocurre especialmente en actividades que implican movimientos repetitivos de salto, como el baloncesto o el voleibol. Cambios bruscos en la intensidad o el tipo de actividad física, sin una preparación adecuada que incluyen fuerza y elasticidad, también pueden desencadenar esta condición. Además, factores como músculos tensos, una mala biomecánica o técnica de movimiento, desequilibrios musculares, factores anatómicos y lesiones traumáticas en la rodilla pueden aumentar el riesgo de desarrollar tendinitis rotuliana.

Los síntomas principales de la tendinitis rotuliana son dolor en la parte delantera de la rodilla, que suele ser constante y se localiza justo debajo de la rótula, así como la sensibilidad al tacto en el área afectada. Este dolor en los inicios es puntual y obedece a esas pequeñas roturas en las fibras del tendón y el proceso inflamatorio natural que activa el cuerpo para curarse; pero si esto continúa y se producen más roturas el dolor tiende a empeorar y aparecer al flexionar o extender completamente la rodilla, como al subir o bajar escaleras, y puede acompañarse de una sensación de debilidad o rigidez en la articulación. En todos los casos el dolor aumenta durante o después de actividades que implican impacto, como correr o saltar.

La fisioterapia desempeña un papel crucial en el tratamiento de la tendinitis rotuliana al ofrecer una variedad de beneficios terapéuticos. Los fisioterapeutas emplean diversas técnicas para aliviar el dolor, como la terapia manual que relaja la musculatura y reducir la inflamación en el tendón rotuliano con la aplicación de hielo, ultrasonido y otros agentes físicos. Además, diseñan programas de ejercicios personalizados que incluyen estiramientos y fortalecimiento muscular para mejorar la flexibilidad y la estabilidad de la rodilla, así como corregir desequilibrios biomecánicos y errores en la técnica de movimiento que puedan contribuir a la lesión.

En conjunto, estos enfoques terapéuticos ayudan a mejorar la función y prevenir futuros episodios de lesiones. Es fundamental seguir el plan de tratamiento prescrito por el fisioterapeuta para obtener resultados óptimos y evitar complicaciones a largo plazo.

Tendinitis rotuliana

Tratamientos para problemas rodilla

La rodilla es una compleja articulación que une el fémur (hueso del muslo) con la tibia (hueso de la pierna). También está formada por la rótula (hueso de la rodilla) y otros tejidos como ligamentos, tendones, cartílagos y músculos. La rodilla es una de las articulaciones más grandes y móviles del cuerpo humano y desempeña un papel crucial en actividades como caminar, correr, saltar y doblar la pierna.

El tratamiento del dolor de rodilla depende de la causa subyacente del dolor. Algunas medidas generales para aliviar el dolor de rodilla incluyen descansar la articulación, aplicar hielo en la zona afectada, elevar la pierna, evitar actividades que agraven el dolor y realizar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento bajo la supervisión de un profesional de la salud. Además, es importante mantener un peso corporal saludable, utilizar calzado adecuado y mantener una buena postura para reducir la presión sobre la rodilla.

En casos de dolor persistente o grave, se recomienda consultar a un médico para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento individualizado, que puede incluir terapia física, medicamentos antiinflamatorios, inyecciones, dispositivos ortopédicos o cirugía en casos más graves.

Los problemas en la rodilla pueden manifestarse de varias formas, incluyendo dolor, inflamación, rigidez, debilidad o sensación de inestabilidad en la articulación. Además, puede haber chasquidos, crujidos o bloqueos al mover la rodilla. Los síntomas pueden empeorar con la actividad física o al permanecer mucho tiempo de pie. Si experimentas alguno de estos síntomas de forma persistente o grave, es importante buscar atención médica para un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento.

Las lesiones más comunes de la rodilla incluyen:

  • Esguinces y distensiones de ligamentos y tendones.
  • Lesiones del menisco, que son roturas o desgarros en el cartílago que amortigua la articulación.
  • Lesiones de los ligamentos cruzados (anterior y posterior), que son frecuentes en deportes de contacto y actividades que implican cambios de dirección repentinos.
  • Tendinitis rotuliana, que es la inflamación del tendón que conecta la rótula con la tibia.
  • Condromalacia rotuliana, que es el ablandamiento o desgaste del cartílago detrás de la rótula.
  • Bursitis, que es la inflamación de las bolsas llenas de líquido que amortiguan la articulación de la rodilla.
  • Artritis, que es la inflamación crónica de la articulación que puede ser causada por desgaste, lesiones o enfermedades autoinmunes.
  • Fracturas de huesos en la rodilla, como la rótula o la tibia.
Tratamiento de fisioterapia para rodilla
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