El suelo pélvico aún continúa siendo un área del cuerpo desconocida para muchas mujeres. Sin embargo, se trata de una zona muy relevante, cuya disfunción puede tener efectos sobre nuestra salud física y mental, afectando de forma negativa a nuestra calidad de vida.
Qué es el Suelo Pélvico
El suelo pélvico está conformado por un conjunto de músculos y ligamentos que soportan la vejiga, el intestino y el útero – es decir, los órganos pélvicos – y los mantienen en su posición apropiada.
Por lo tanto, el suelo pélvico abarca una serie de músculos que cierran la cavidad abdominal en su extremo inferior.
Estos músculos, son los que conforman lo que usualmente se denomina “core”. Esto es, los músculos que conforman las paredes que resguardan el tronco como si de una caja se tratase, y entre los que se encuentra el abdomen, el diafragma, los músculos lumbares, el transverso y el suelo pélvico.
Cuál es LA FUNCIÓN DEL SUELO PÉLVICO
El suelo pélvico lleva a cabo funciones importantes para el correcto funcionamiento del cuerpo humano tanto en hombres como en mujeres. De esta forma, cuando se debilita, puede ocasionar distintas patologías. Entre sus funciones principales se encuentran:
● El suelo pélvico mantiene y protege las vísceras abdominales y la pelvis, proporcionando sostén a nuestro aparato digestivo, urinario y reproductor.
● Control del aparato urinario y excretor gracias a la contracción y relajación de su musculatura. De esta forma, estos músculos actúan de forma coordinada con órganos como la uretra -el conducto que transporta la orina al exterior – o el ano – el conducto encargado de evacuar las heces – en un juego de contracción y relajación.
Por qué puede debilitarse el suelo Pélvico
El suelo pélvico puede debilitarse como consecuencia de distintos factores, derivando en una alteración de sus funciones. A pesar de que algunas disfunciones tiene origen desconocido, las causas más frecuentes por las que el Suelo Pélvico se debilita son:
- Traumatismos en el área pélvica, como por ejemplo, un accidente de coche.
- El embarazo, el parto y el post-parto. El embarazo, implica un incremento considerable de la presión en el suelo pélvico, así como una distensión en la pared del abdomen. De esta forma, el embarazo implica una serie de cambios que pueden debilitar el suelo pélvico de una mujer. Así mismo, tras el embarazo, el parto supone otro momento traumático en el que el suelo pélvico puede debilitarse.
- El estreñimiento crónico puede ocasionar que la presión en el Suelo Pélvico incremente, ocasionando su distensión. De esta forma, es recomendable hidratarse adecuadamente para prevenir el estreñimiento crónico.
- Empujar o cargar peso de forma continua puede elevar la presión ejercida sobre el suelo pélvico, ocasionando su disfunción.
- El sobrepeso u obesidad son factores que suponen un incremento en el riesgo de padecer una disfunción en el suelo pélvico. Las personas con sobrepeso, mantienen una presión continua sobre el suelo pélvico y las paredes del abdomen. Una presión que puede llegar a distender los músculos rectos abdominales, lo que a su vez, tendrá repercusión sobre el suelo pélvico.
- Las personas que practican actividades deportivas de elevado impacto que generan un incremento de la presión, como puede ser el vóley, el running, el tenis o la halterofilia – en general, deportes en los que se hagan saltos repetitivos – pueden presentar un mayor riesgo de padecer esta disfunción.
Así mismo, existen otros factores, como una edad avanzada, que incrementan el riesgo de padecer disfunciones en esta zona del cuerpo. Además, los cambios hormonales de la menopausia, también pueden incentivar su debilitamiento.
Síntomas del Suelo Pélvico debilitado
- Incontinencia urinaria de esfuerzo: en la que se orina o gotea con esfuerzos como reír, toser, estornudar o elevar peso. Se trata de pérdidas leves comunes en el postparto en las mujeres, tras una intervención de próstata en hombres, en la menopausia o cuando ha tenido lugar un traumatismo en la zona pélvica.
- Incontinencia mixta: en este caso la persona sufre la combinación de los síntomas de la incontinencia de esfuerzo y de urgencia, en el que hay pérdidas de orina al realizar esfuerzos y la urgencia de ir al baño.
- Incontinencia fecal: ocurre cuando no es posible controlar las deposiciones.
- Prolapso de órganos pélvicos: tiene lugar cuando el suelo pélvico deja de cumplir correctamente su función de soporte, ocasionando que órganos como la vejiga, el útero o el recto sobresalgan de la vagina en el caso de las mujeres.
- Disfunciones sexuales: la debilidad del suelo pélvico puede provocar anorgasmia; la persona no llega al orgasmo por falta de fuerza muscular.
Ejercicios para fortalecer el Suelo Pélvico
Existen múltiples tipos de ejercicios para fortalecer el suelo pélvico. Sin embargo, la elección de uno u otro tipo, dependerá de las indicaciones de un profesional.
Sin embargo, los hipopresivos y los ejercicios de Kegel han pasado a un primer plano en los últimos años. En ambos casos, es fundamental la constancia, siendo necesario realizar el ejercicio pautado por el profesional para obtener resultados. Si se realizan adecuadamente, es posible comenzar a ver resultados a final del primer mes, sin embargo, existen casos en los que la rehabilitación puede durar entre el medio año y el año.
Ejercicios de Kegel
Se trata de una opción muy adecuada para el tratamiento de la incontinencia urinaria tanto en mujeres como en hombres. Estos ejercicios contribuyen a tonificar y fortalecer los músculos de la zona pélvica, incrementando el riego sanguíneo de dicha área.
Los ejercicios de Kegel, se basan en la activación de la musculatura del suelo pélvico de forma similar a lo que haríamos si quisiéramos retener la orina.
- Para comenzar, debemos de obtener una valoración personalizada por un profesional de la fuerza de nuestro suelo pélvico con el test PERFECT y así saber los segundos de contracción, relajación y número de repeticiones que realizaremos en el ejercicio.
- Se recomienda realizar dos veces los Ejercicios de Kegel al día, una vez por la mañana y otra por la noche.
- La contracción la deberemos realizar al 80% de nuestra capacidad, nunca al máximo de la contracción para no fatigar la musculatura.
- Aproximadamente, se recomienda hacer 3 series.
En cuanto a la postura, los Ejercicios de Kegel pueden realizarse tanto sentado como de pie o acostado. Sin embargo, la postura ideal para comenzar a realizar los Ejercicios de Kegel es acostado.
Abdominales Hipopresivos
Los abdominales Hipopresivos, además de los Ejercicios de Kegel, son frecuentemente indicados para la rehabilitación del suelo pélvico. Específicamente, los hipopresivos son idóneos para hacer frente a la incontinencia urinaria o fecal y los prolapsos. El objetivo de los hipopresivos, es recuperar el tono muscular de la región pélvica y fortalecer esta zona. De esta forma, contribuyen a mejorar la incontinencia urinaria y prolapsos.
- Los ejercicios hipopresivos se centran en el control de la respiración para activar la musculatura que mantiene estable la región lumbar y abdominal de nuestro cuerpo.
- Después de varias respiraciones, se realiza una exhalación profunda para expulsar todo el aire de nuestros pulmones
- Una vez terminada la exhalación se realiza una apnea y se abren las costillas. Se mantendrá el tiempo que la persona pueda, sin sentir molestias.
Los hipopresivos son ejercicios complejos para los que se recomienda contar con la ayuda de un profesional. Estas personas, servirán de guía para realizar la apnea de forma correcta.
Por qué es importante la fisioterapia del Suelo Pélvico
Como ocurre con el resto de los músculos del cuerpo humano, los músculos del suelo pélvico también pueden entrenarse. ¿La finalidad? El entrenamiento del suelo pélvico puede contribuir a ganar control sobre los músculos de esta región. De esta forma, la fisioterapia del Suelo Pélvico puede ayudar a mejorar patologías urinarias, ginecológicas u obstétricas, así como disfunciones sexuales:
● Patologías urológicas: la fisioterapia del suelo pélvico puede ayudar en el tratamiento de enfermedades como las incontinencias urinarias de esfuerzo o de urgencia.
● Patologías ginecológicas u obstétricas: aunque los hombres también pueden padecer disfunciones del Suelo Pélvico, su debilitamiento está fuertemente asociado con el embarazo (por ejemplo, en diastasis), con trastornos menstruales o con los cambios derivados de la menopausia (como incontinencias urinarias). Por lo tanto, la fisioterapia del suelo pélvico es una opción que puede ayudar a mejorar la calidad de vida de muchas mujeres tanto en el embarazo, como en el post-parto, así como los cambios y patologías relacionadas con la menstruación y la menopausia.
- Disfunciones sexuales: la fisioterapia del suelo pélvico también está indicada en el caso de padecer disfunciones sexuales como la dispareunia (dolor en las relaciones sexuales o en el momento posterior), la anorganismia o el vaginismo (falta de capacidad para la penetración). En hombres, la fisioterapia del suelo pélvico es también una opción indicada en casos de disfunción eréctil o eyaculación precoz.
En resumen, las personas que padecen de disfunciones del suelo pélvico, podrán experimentar síntomas como la necesidad de acudir con elevada frecuencia al baño, estreñimiento o dolor al defecar u orinar o dolor en la región pélvica o genital.
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