El Síndrome del Piramidal o Piriforme es una patología poco común que afecta principalmente a personas de entre cuarenta y cincuenta años, especialmente a mujeres.
Aunque frecuentemente se asocia el dolor en la zona glútea que irradia hacia el área posterior de la pierna con una hernia discal lumbar, es posible encontrar distintas afecciones que alteran el funcionamiento del nervio ciático y que generan lo que se conoce como ciática.
Es el caso del Síndrome Piramidal o Piriforme, también conocido como falsa ciática o pseudociática.
¿Qué es el Síndrome del Piramidal?
El Síndrome Piramidal es un trastorno neuromuscular que tiene lugar cuando el músculo piriforme comprime o presiona el nervio ciático. En este contexto, es conveniente aclarar qué es el músculo piriforme y el nervio ciático:
- El músculo piriforme, es un pequeño músculo plano que parte del sacro y se dirige hacia la zona del muslo, uniéndose al trocánter mayor.
Este músculo, cumple una función importante en la rotación externa, aportando estabilidad a dicha articulación en su región posterior y actuando como abductor cuando la cadera está flexionada, permitiéndonos alejar el muslo del cuerpo. Por lo tanto, se trata de un músculo fundamental para caminar, conservar el equilibrio o realizar deportes que conlleven levantar o rotar los músculos.
- El nervio ciático, situado bajo el músculo piramidal, lo cruza de forma perpendicular en su recorrido. El nervio ciático, transcurre desde la parte inferior de la columna, pasando por la parte trasera de la pierna hasta alcanzar el pie.
Causas del Síndrome del Piramidal
El nervio ciático, es el nervio de mayores dimensiones de todo el cuerpo y es responsable de un dolor intenso cuando está irritado. Esto puede tener lugar cuando el músculo piramidal o piriforme se lesiona, irrita o se inflama, generando presión en el nervio ciático.
Entre las causas que ocasionan el síndrome del músculo piramidal, podemos encontrar causas primarias y causas secundarias.
Causas primarias del síndrome del piramidal
- Se trata de alteraciones en la anatomía que están presentes desde el nacimiento. Únicamente originan una pequeña proporción de los casos de Síndrome Piramidal.
Causas secundarias del Síndrome del piramidal
- Traumatismos en la zona de la cadera o de los glúteos: una caída o un golpe en estas zonas, puede generar un proceso inflamatorio que constriña el nervio ciático. Así mismo, también puede ser resultado de presionar de forma directa y continuada en la zona glútea con algún objeto.
- Sobrecargas o errores durante el entrenamiento: es posible que el músculo piramidal esté sobrecargado tras la realización de movimientos que generan estrés.
- Esto puede darse en entrenamientos de elevada intensidad, la falta de calentamiento previo a una actividad deportiva, correr en lugares en los que existen desniveles en el terreno, un incremento brusco en la intensidad de una actividad, etc.
- Así mismo, también es posible que realizar una vida sedentaria y permanecer sentado durante periodos prolongados de tiempo pueda derivar en el desarrollo del Síndrome Piramidal.
Por lo tanto, puede observarse que además de las causas primarias, la aparición del Síndrome Piramidal está estrechamente ligada a traumatismos, a la realización de actividad física o el desarrollo de deportes como el running, el tenis o el ciclismo.
Síntomas del Síndrome del Piramidal
El síntoma principal del Síndrome Piramidal es el dolor punzante en la zona media del glúteo que irradia hacia la parte trasera del muslo y que puede llegar hasta la rodilla. Es lo que se conoce como ciática.
- Es frecuente que debute con dolor leve o sensibilidad en la zona glútea.
- Puede convertirse en adormecimiento o sensación de hormigueo que recorre la parte posterior de la pierna.
- El dolor aumenta cuando se realizan movimientos que implican de manera directa o indirecta la zona lumbar como cruzar las piernas, caminar, subir o bajar escaleras o ponerse de cuclillas. También, destaca el incremento del dolor cuando se está sentado durante cierto tiempo.
Se trata por lo tanto, de un dolor que empeora con la realización de actividad física y que, generalmente solo afecta a un lado del tronco inferior de nuestro cuerpo.
Diagnóstico del Síndrome del Piramidal
No existe una prueba diagnóstica específica para el Síndrome Piramidal o Piriforme. De esta forma, el diagnóstico se realiza en base a los síntomas que presenta el paciente.
Para el diagnóstico del síndrome del piramidal, se considerarán los siguientes puntos:
- El historial médico del paciente, podrá evidenciar antecedentes traumáticos en dicha zona.
- Se preguntará al paciente sobre los síntomas que ha presentado y sus actividades físicas recientes. Así, se podrán detectar actividades repetitivas o intensas o pacientes que tengan un estilo de vida sedentario.
- Un examen físico revelará los movimientos que causan dolor en el paciente y que pueden ocasionar el Síndrome Piramidal o Piriforme
- En alguna ocasión, será necesario realizar pruebas complementarias de imagen para descartar otras causas que generan dolor ciático.
Tratamiento del Síndrome del Piramidal
En primer lugar, el Síndrome Piramidal debe tratarse a través de medidas físicas que incluyan una serie de ejercicios que puedan aliviar el músculo afectado. Así mismo, podemos diferenciar distintas medidas indicadas para el tratamiento del Síndrome Piramidal o Piriforme:
Terapia del síndrome del piramidal con hielo
Es posible aliviar el dolor cuando está comenzando a través de la aplicación de frío local. Para esta terapia con hielo, es fundamental tumbarse boca abajo en una posición cómoda.
Seguidamente, se deberá aplicar hielo – envuelto en una toalla, para proteger la piel – durante unos 15 o 20 minutos sobre la zona. Esta terapia, puede complementarse con un masaje en la zona dolorida.
Terapia del síndrome del piramidal con calor
Al igual que en el caso de la terapia con hielo, la aplicación de calor local puede aliviar los síntomas. Nuevamente, requiere acostarse boca abajo y, esta vez, colocar una almohadilla térmica sobre la zona con dolor. Es importante, evitar pasar más de 20 minutos con la almohadilla térmica y evitar quedarse dormido.
Así mismo, muchas personas alternan el hielo y las almohadillas térmicas para aliviar el dolor producido por el Síndrome Piramidal.
Bloqueos analgésicos (infiltraciones) y Tratamiento con Fisioterapia → en función de los tratamientos (elección por el equipo médico)
Para la recuperación del Síndrome Piramidal, la fisioterapia es fundamental. Las técnicas de fisioterapia, debido a que únicamente es una porción del nervio ciático la que pasa por el músculo piramidal y origina el Síndrome, tienen como finalidad conseguir la relajación del músculo piramidal.
De esta forma, la fisioterapia va más allá de la medicación al dirigirse al origen de la patología y liberar el exceso de tensión que provoca el bloqueo de la articulación.
Además, el fisioterapeuta tiene un papel muy relevante, pues es de vital importancia que enseñe al paciente a realizar distintos ejercicios que pueden estirar la musculatura.
Tratamiento preventivo del Síndrome Piramidal
El tratamiento preventivo es un aspecto fundamental para evitar la aparición de esta patología en el futuro y conseguir una recuperación temprana. De esta forma, para su prevención, es fundamental:
- Realizar calentamientos previos al entrenamiento físico y estiramientos tras éste. Gracias al calentamiento, las estructuras musculares que intervienen en el ejercicio físico se preparan gradualmente para incrementar su nivel de actividad.
Por otra parte, los estiramientos facilitan que nuestro cuerpo se relaje y recupere de forma paulatina. De esta forma, conseguiremos que nuestros músculos y tendones se mantengan flexibles sin sufrir distensiones.
- Hacer ejercicio de forma regular
- Evitar permanecer sentado o acostado, es decir, en una actitud sedentaria, durante periodos prolongados de tiempo.
- Es importante evitar correr o realizar ejercicio en zonas con desnivel.
Operación de Síndrome del Piramidal
Se trata de la última medida para el tratamiento del Síndrome Piramidal. Una medida que, únicamente está indicada en casos más graves en los que el paciente no responde al tratamiento conservador.
La operación debe ser realizada por traumatólogos especialistas y consiste en una tenotomía para liberar posteriormente el músculo piriforme, de tal forma que se pueda aliviar la presión que ejerce sobre el nervio ciático.
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