Las lesiones en la caja torácica, específicamente un esguince o distensión intercostal y las fracturas costales, son comunes en el ámbito deportivo, accidentes y caídas. Aunque pueden ser dolorosas y limitantes, una comprensión adecuada de estas lesiones y su manejo acelera la recuperación y previene complicaciones.
En este artículo, exploramos en profundidad qué son estas lesiones, sus causas, síntomas, métodos de diagnóstico y las opciones de tratamiento, con un enfoque en la fisioterapia como una herramienta esencial para la rehabilitación.
¿Qué es un esguince o distensión intercostal?
Un esguince o distensión intercostal es una lesión en los músculos intercostales, que son los músculos situados entre las costillas. Estos músculos son esenciales para la respiración, ya que ayudan a expandir y contraer la caja torácica durante la inhalación y la exhalación. Un esguince intercostal se produce cuando estos músculos se estiran o desgarran debido a un esfuerzo excesivo o un movimiento brusco.
Causas del esguince o distensión intercostal
- Movimientos bruscos: Actividades que requieren giros repentinos del torso pueden causar distensiones intercostales.
- Esfuerzos excesivos: Levantar objetos pesados sin una técnica adecuada puede estresar los músculos intercostales.
- Trauma directo: Un golpe directo en la caja torácica, común en deportes de contacto, puede provocar un cambio en la función normal en la zona y generar dolor.
- Tos intensa: Episodios de tos severa y prolongada pueden estresar y lesionar los músculos intercostales.
Síntomas y diagnóstico del esguince o distensión intercostal
Los principales síntomas son:
- Dolor agudo: Especialmente durante la respiración profunda, el movimiento del torso o la tos.
- Sensibilidad: Dolor al presionar la zona afectada entre las costillas.
- Inflamación: Hinchazón en el área lesionada.
- Espasmos musculares: Contracciones involuntarias de los músculos intercostales.
El diagnóstico de un esguince o distensión intercostal generalmente se basa en el historial clínico y un examen físico. El médico solicitará radiografías para descartar fracturas costales u otras lesiones. En algunos casos, una resonancia magnética (RM) puede ser necesaria para evaluar la extensión del daño muscular.
Tratamiento para esguince o distensión intercostal
La fisioterapia juega un papel crucial en la recuperación de un esguince o distensión intercostal. Las técnicas utilizadas incluyen:
- Terapia manual: Se trabaja con técnicas de liberación miofascial, movilizaciones suaves para aliviar la tensión muscular. También se trabaja el diafragma a fin de restituir su movimiento normal.
- Uso de diatermia/ radiofrecuencia (Indiba o similar): El campo que genera este tipo de corrientes produce calor profundo, regeneración del tejido y disminución del dolor
- Ejercicios de estiramiento: Para mantener la flexibilidad y mejorar la sensación de rigidez muscular que se instala por el dolor.
- Técnicas de respiración: Ejercicios para mejorar la capacidad respiratoria, ganar la función limitada por el dolor y mejorar el dolor durante la respiración profunda, que es objetivo a lograr tras una lesión como esta.
- Uso de kinesiotapping: Las bandas de tape se usan para manejar el dolor y dar soporte al tejido lesionado.
¿Qué es una fractura costal?
Una fractura costal es una lesión en una costilla, que puede variar desde una pequeña fisura hasta una fractura completa. Las fracturas costales pueden ser el resultado de un trauma directo, como un accidente automovilístico, una caída o un impacto en deportes de contacto, incluso cuando los huesos están desmineralizados pueden ocurrir de forma espontánea.
Causas de la Fractura Costal
- Trauma directo: Golpes directos en la caja torácica, comunes en accidentes y deportes de contacto.
- Caídas: Por traumatismo directo sobre la costilla o si el golpe es en el tórax completo, ocurre en personas de todas las edades pero especialmente en personas mayores, donde los huesos pueden ser más frágiles.
- Compresión torácica: Situaciones en las que el tórax se comprime de manera significativa, como en accidentes automovilísticos.
- Tos severa: En casos de tos crónica o intensa, las costillas pueden fracturarse debido al estrés repetitivo.
Síntomas y diagnóstico de la Fractura Costal
Los principales síntomas de una fractura costal son:
- Dolor intenso: Especialmente al respirar impidiendo la respiración profunda en las fases iniciales, también hay dolor al moverse o tocar la zona afectada.
- Dificultad para respirar: El dolor que se produce al inhalar profundamente disminuye la cantidad de aire dentro del pulmón por ello cambia el patrón respiratorio.
- Hematomas: Moretones en el área del impacto.
- Deformidad: En casos graves, puede haber una deformidad visible en el tórax.
El diagnóstico de una fractura costal se realiza mediante:
- Examen físico: Evaluación de los síntomas y palpación del área afectada.
- Radiografías: Para visualizar si hay fisuras o fracturas en las costillas.
- Tomografía computarizada (TC): En casos donde las fracturas no son visibles en las radiografías pero se sospecha que las hay o se intuye un daño más extenso.
Tratamiento para fractura costal
La fisioterapia al igual que en el esguince o distensión intercostal, es fundamental en la rehabilitación de las fracturas costales. Las técnicas incluyen:
- Terapia de respiración: Recuperar la función pulmonar correcta es el primer objetivo tras una lesión de este tipo, por ello hay que hacer ejercicios para mejorar la capacidad pulmonar y ganar la movilidad y elasticidad completa de la parrilla costal, respetando los tiempos de curación de las fracturas.
- Movilización temprana: Es importante empezar lo antes posible con ejercicios suaves para evitar la rigidez y mejorar la movilidad del tórax.
- Control del dolor: Técnicas como la electroterapia son utilizadas para aliviar el dolor. También el kinesiotape es útil para dar soporte al hueso fracturado.
- Uso de magnetoterapia: Para favorecer la cicatrización del hueso y/o disminuir el edema que se produce en la zona.
- Fortalecimiento muscular: Ejercicios para fortalecer los músculos del tórax y la espalda, ayudando a soportar mejor la caja torácica. Siempre respetando los plazos de curación de la fractura.
Comparación entre esguince o distensión intercostal y fractura costal
Aunque ambas lesiones afectan la caja torácica, tienen diferencias clave en cuanto a su naturaleza y tratamiento:
- Naturaleza de la lesión:
- Esguince o distensión intercostal: Lesión muscular.
- Fractura costal: Lesión ósea.
- Síntomas:
- Esguince o distensión intercostal: Dolor muscular, espasmos, inflamación, dificultad para hacer inhalación profunda.
- Fractura costal: Dolor agudo, hematomas, dificultad respiratoria.
- Diagnóstico:
- Esguince o distensión intercostal: Historia clínica, examen físico, eventualmente imágenes por resonancia magnética.
- Fractura costal: Historia clínica, examen físico, radiografías, ocasionalmente tomografía computarizada.
- Tratamiento:
- Ambos requieren reposo activo y manejo del dolor.
- La fisioterapia es crucial para la recuperación de ambas lesiones, aunque las técnicas específicas pueden variar.
El manejo adecuado de las lesiones en la caja torácica, ya sea un esguince o distensión intercostal o una fractura costal, es fundamental para una recuperación rápida y efectiva.
La fisioterapia desempeña un papel esencial en este proceso, ayudando no sólo a aliviar el dolor, sino también a recuperar la función y prevenir futuras lesiones.
Si experimentas dolor en la caja torácica o sospechas de una lesión, contáctanos para realizar un plan de rehabilitación adecuado para asegurar una recuperación completa.
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FAQs
Un esguince o distensión intercostal generalmente tarda entre 2 a 6 semanas en curarse completamente, dependiendo de la gravedad de la lesión y el tratamiento recibido.
– Reposar y evitar actividades que causen dolor.
– Aplicar hielo en la zona afectada durante las primeras 48 horas. Luego calor.
– Tomar analgésicos y antiinflamatorios según lo recomendado por un médico.
– Realizar ejercicios de respiración y estiramiento suave bajo la guía de un fisioterapeuta.
Una contusión costal suele tardar entre 2 a 4 semanas en curarse, dependiendo de la gravedad del golpe y las medidas de cuidado adoptadas.
