La artrosis es una enfermedad de carácter degenerativo y crónica que afecta a cerca de un 10% de la población de nuestro país. A continuación te mostramos todo lo que debes saber de esta enfermedad, su origen, sintomatología y tratamiento.
- ¿Qué es la artrosis?
- Principales síntomas y diagnóstico
- ¿Cuáles son las causas?
- Diferencia entre artritis y artrosis
- Tratamiento de la artrosis
¿Qué es la artrosis?
La artrosis es una enfermedad reumática caracterizada por el deterioro o lesión del cartílago articular. Se trata de la enfermedad degenerativa articular con mayor presencia en la actualidad, afectando a más del 70% de la población mayor de 50 años.
Esta patología puede afectar a diferentes articulaciones del cuerpo, provocando dolor y rigidez; así como la disminución lenta y progresiva de la movilidad articular. Generalmente, esta patología se produce en la columna lumbar y cervical, la rodilla, la cadera, el hombro y los dedos de las manos y pies.
Debido a la artrosis, las propiedades fisiológicas del cartílago articular se ven alteradas, volviéndose fino y quebradizo hasta que desaparece completamente, dejando expuesto el hueso, y facilitando la fricción entre las dos superficies óseas que conforman la articulación. El hueso se vuelve cada vez más denso a medida que el cartílago se debilita y comienza a crecer formando pequeños picos (osteofitos), visibles en las radiografías.
La membrana sinovial también se ve afectada por la degeneración del cartílago, ya que las partículas desprendidas provocan su inflamación. Esto conlleva la aparición de procesos dolorosos e inflamatorios, en la articulación y dificultad de movimiento.
En función de la articulación afectada, diferenciamos los siguientes tipos de artrosis:
- Artrosis de rodilla
- Artrosis de cadera
- Artrosis cervical
- Artrosis de mano
- Artrosis lumbar
La importancia del cartílago
Aunque la artrosis es una patología que engloba a una articulación en su conjunto, el cartílago es sin duda alguna el componente más afectado de la misma y se produce en varias etapas:
- La pérdida de uniformidad y homogeneidad del cartílago es el primer factor determinante de la artrosis, provocado por la pérdida en el número de células que lo componen.
- Aparición de fisuras y grietas en el cartílago que, al aumentar su tamaño, pueden llegar a dañar la estructura del hueso.
- Pérdida del cartílago y exposición del hueso. Se produce el roce entre ambos huesos al mover la articulación.
- Inflamación articular derivada de la liberación pequeños elementos de cartílago
Principales síntomas y diagnóstico
La artrosis es una enfermedad degenerativa irreversible que provoca el deterioro del cartílago articular, provoca dolor, inflamación e hinchazón, en las articulaciones afectadas.
Generalmente, los pacientes con artrosis suelen sufrir un incremento del dolor ante el movimiento. Sin embargo, especialmente en las personas mayores, se debe evitar la inactividad excesiva, ya que puede producir atrofia muscular, pérdida de movilidad o la deformación de las articulaciones.
Es preciso conocer la sintomatología del paciente y realizar una exploración física para poder realizar un diagnóstico completo de la enfermedad. Además, en ocasiones pueden solicitarse pruebas complementarias, como la radiografía, con el objetivo de examinar en mayor profundidad la articulación.
¿Por qué se produce la artrosis?
Hoy en día sigue existiendo un debate acerca de si la artrosis es una única patología, o un agregado de diferentes patologías con sintomatología similar.
Podemos diferenciar entre la artrosis primaria, si no existe una patología asociada; o artrosis secundaria, cuyo origen se asocia a otras patologías, como la gota o la diabetes.
Aunque no es una enfermedad de carácter hereditario, sí que es cierto que el componente genético, unido a otros factores como la presencia de obesidad u otras patologías, incrementa las probabilidades de padecer artrosis.
Así, los principales factores de riesgo son:
- Sedo y edad
- Existencia de otras patologías como obesidad, problemas articulares o traumatismos
- Componente genético: existen determinados genes vinculados al desarrollo de la artrosis.
Diferencia entre artritis y artrosis
Tanto la artrosis como la artritis, son dos patologías que provocan dolor en una o varias articulaciones, y que se presentan con mayor frecuencia en mujeres. Sin embargo, se diferencian en cuanto a su origen y método de tratamiento.
La artritis está relacionada con la membrana sinovial. Concretamente, se produce cuando el líquido sinovial se extiende por toda la articulación, erosionando tanto el cartílago como el hueso.
Puede o no ser una enfermedad crónica. Sin embargo, a diferencia de la artrosis, la artritis es consecuencia de otras patologías. Por eso encontramos múltiples variedades de esta patología, como la artritis reumatoide o la gota.
Por su parte, como comentábamos anteriormente, la artrosis es una enfermedad degenerativa e irreversible de carácter crónico, que afecta al cartílago de las articulaciones.
El deterioro progresivo de esta almohadilla, y su posterior desaparición, conlleva el roce directo de los huesos, lo que provoca dolor e hinchazón, así como la pérdida continuada de movilidad articular.
Tratamiento de la artrosis
No existe en la actualidad una cura definitiva para la artrosis. Por ello, el tratamiento se centra en el alivio de los síntomas y el retraso de la evolución de la enfermedad.Todo ello con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes todo lo posible.
- Realización de ejercicio físico controlado, como caminar o nadar.
- Programas de ejercicio terapeutico
- Aplicación de calor en la articulación
- Cuidar la alimentación y prevenir la obesidad
- Utilización de un bastón, férula o plantillas para reposar la articulación.
- Toma de analgésicos, antiinflamatorios y medicamentos que ayuden a preservar el cartílago
- Realización de fisioterapia
- Cirugía
Tratamiento de Fisioterapia en la Artrosis
El principal objetivo del tratamiento fisioterapéutico de la artrosis se basa en el alivio de los síntomas dolorosos e inflamatorios, el mantenimiento de la fuerza y movilidad articular. Todo ello encaminado a ralentizar la evolución de la enfermedad todo lo posible.
Además, el especialista indicará en cada caso una serie de consejos y ejercicios que el paciente podrá realizar en su día a día, adaptándolos a las características de cada paciente de forma personalizada.
Por tanto, a través del tratamiento fisioterapéutico adaptado, se consigue aliviar el dolor, recuperar la movilidad articular y la fuerza muscular, retrasando el avance de la enfermedad.
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