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Fisioterapia en el tratamiento del linfedema

El linfedema es una condición que resulta de una acumulación de líquido linfático en los tejidos, por bloqueo o mal funcionamiento en el sistema linfático, lo que provoca una hinchazón e, generalmente en los brazos o las piernas. En este artículo, exploraremos en detalle qué es el linfedema, los tipos que existen, sus causas, signos y síntomas, así como el papel crucial que desempeña la fisioterapia en su tratamiento.

¿Qué es el linfedema?

El linfedema es una condición caracterizada por la acumulación de líquido linfático en los tejidos, lo que provoca hinchazón y aumento de volumen en la zona afectada. 

Esto ocurre cuando el sistema linfático, responsable de drenar el líquido de los tejidos y transportarlo de vuelta al torrente sanguíneo, no funciona correctamente debido a un bloqueo o daño.

Tipos de linfedema

Existen dos tipos principales de linfedema: primario y secundario. 

  • Linfedema primario: Este tipo de linfedema es causado por un desarrollo anormal del sistema linfático, lo que resulta en un funcionamiento inadecuado desde el nacimiento o durante la adolescencia.

    Las anomalías congénitas en el sistema linfático pueden provocar un flujo linfático insuficiente, lo que conduce a la acumulación de líquido linfático en los tejidos.
  • Linfedema secundario: Este tipo de linfedema es el resultado de una lesión, infección, cirugía, radioterapia u otras condiciones médicas que afectan el sistema linfático de manera secundaria. Las causas comunes incluyen la extirpación de ganglios linfáticos durante la cirugía de cáncer, la infección por filariasis (una enfermedad parasitaria transmitida por mosquitos), traumatismos o quemaduras que dañan el sistema linfático, o la radioterapia que puede causar fibrosis en los tejidos circundantes y obstruir el flujo linfático. O inmovilización de los segmentos corporales por cirugías.
Fisioterapia para el tratamiento del linfedema

Causas del linfedema

Las causas del linfedema pueden variar según el tipo. El linfedema primario esta causado por  anomalías congénitas en el sistema linfático, mientras que el linfedema secundario puede ser causado por cirugía, radioterapia, infecciones, traumatismos o enfermedades que afectan el flujo linfático, como el cáncer.

  • Cirugía: La extirpación de ganglios linfáticos durante la cirugía para tratar el cáncer, especialmente el cáncer de mama, melanoma o cáncer ginecológico, puede interrumpir el flujo normal de la linfa, lo que puede llevar al desarrollo de linfedema secundario.
  • Radioterapia: La radioterapia utilizada en el tratamiento del cáncer puede dañar los vasos linfáticos (sus válvulas) y tejidos circundantes, lo que puede provocar una acumulación de líquido linfático y el desarrollo de linfedema.
  • Infecciones: Las infecciones bacterianas o parasitarias, como la filariasis, pueden causar inflamación y daño en los vasos linfáticos, lo que interfiere con el flujo normal de la linfa y puede llevar al desarrollo de linfedema.
  • Traumatismos: Lesiones traumáticas, como fracturas óseas, heridas graves o quemaduras, pueden dañar los vasos linfáticos o los tejidos circundantes, así como también las inmovilizaciones producto de las mismas pueden provocar la acumulación de líquido linfático y el desarrollo de linfedema.
  • Enfermedades congénitas: Algunas anomalías congénitas del sistema linfático, como el linfedema primario, pueden estar presentes desde el nacimiento y pueden causar un flujo linfático inadecuado. Conduciendo al desarrollo de linfedema.
  • Obstrucción: Cualquier factor que cause obstrucción en los vasos linfáticos, como tumores, coágulos de sangre o cicatrices, puede interferir con el flujo normal de la linfa y provocar la acumulación de líquido linfático y el desarrollo de linfedema.

Signos y síntomas del linfedema

Los signos y síntomas del linfedema pueden variar en gravedad y pueden incluir:

  • Hinchazón persistente: Aumento de volumen en la zona afectada, que puede variar desde una ligera hinchazón hasta una inflamación considerable.
  • Sensación de pesadez o plenitud: Los pacientes pueden experimentar una sensación de peso o plenitud en el área afectada. Esto es más común especialmente al final del día o después de períodos prolongados de actividad especialmente si están mucho de pie sin moverse.
  • Rigidez en la piel: La piel en la zona afectada puede sentirse tensa, rígida o firme al tacto.
  • Cambios en la textura de la piel: La piel puede volverse más gruesa, firme o con hoyuelos, similar a la piel de naranja.
  • Infecciones recurrentes en la piel: Debido a la acumulación de líquido linfático, la piel puede volverse más susceptible a las infecciones bacterianas o fúngicas recurrentes, como celulitis.
  • Dificultad para mover la articulación afectada: La hinchazón y la rigidez pueden dificultar el movimiento normal de la articulación afectada. Lo que puede afectar la movilidad y la función.

Es importante tener en cuenta que el linfedema puede progresar con el tiempo si no se trata adecuadamente. Es por ello que es fundamental buscar atención médica si se experimentan estos síntomas.

Cómo se diagnostica el linfedema

El diagnóstico del linfedema generalmente se realiza mediante evaluación clínica y pruebas de imagen. Tales como ecografías o resonancias magnéticas, para evaluar la estructura y función del sistema linfático. Además, se pueden realizar pruebas de función linfática, como la linfocintigrafía, para evaluar el flujo linfático y confirmar el diagnóstico.

  • Historia clínica: El médico realizará preguntas detalladas sobre los síntomas del paciente, antecedentes médicos, cirugías previas, lesiones o tratamientos de radioterapia, así como cualquier historial de infecciones recurrentes en la piel.
  • Examen físico: El médico realizará un examen físico completo para evaluar la apariencia y la textura de la piel, la presencia de hinchazón, la movilidad de las articulaciones afectadas y la presencia de ganglios linfáticos agrandados.
  • Pruebas de imagen: Se pueden utilizar pruebas de imagen, como ecografías, resonancias magnéticas (RM) o linfocintigrafía, para evaluar la estructura y función del sistema linfático. La linfocintigrafía es una técnica especializada que utiliza una sustancia radioactiva para evaluar el flujo linfático y detectar áreas de acumulación anormal de líquido linfático.
  • Pruebas de función linfática: En algunos casos, se pueden realizar pruebas de función linfática para evaluar el flujo y la capacidad de transporte de la linfa a través del sistema linfático.

El diagnóstico preciso del linfedema es importante para iniciar el tratamiento adecuado lo antes posible y prevenir complicaciones. Si se sospecha linfedema, se recomienda buscar la evaluación de un médico o especialista en linfedema para obtener un diagnóstico definitivo y desarrollar un plan de tratamiento personalizado.

Fisioterapia para el tratamiento del linfedema

Fisioterapia en el tratamiento del linfedema

La fisioterapia desempeña un papel crucial en el tratamiento del linfedema al ayudar a reducir la hinchazón, mejorar la movilidad y prevenir complicaciones. Algunas de las técnicas de fisioterapia más comúnmente utilizadas en el tratamiento del linfedema incluyen:

  • Drenaje linfático manual (DLM): Este es un tipo especializado de masaje que ayuda a mover el líquido linfático acumulado hacia áreas donde puede ser drenado y eliminado por el sistema linfático restante. El DLM se realiza con movimientos suaves y rítmicos que siguen el curso natural del sistema linfático.
  • Vendaje compresivo: Los vendajes compresivos ayudan a mantener la reducción de la hinchazón después del drenaje linfático manual. Estos vendajes aplican presión externa sobre la zona afectada, lo que ayuda a mejorar el flujo linfático y prevenir la acumulación de líquido.
  • Ejercicios terapéuticos: Los ejercicios específicos pueden ayudar a mejorar la movilidad, fortalecer los músculos circundantes y estimular el flujo linfático. Los fisioterapeutas pueden recomendar una combinación de ejercicios de rango de movimiento. También ejercicios de estiramiento y fortalecimiento para mejorar la función y la movilidad de la zona afectada.
  • Cuidado de la piel: El cuidado adecuado de la piel es fundamental en el tratamiento del linfedema para prevenir infecciones cutáneas y complicaciones. Los fisioterapeutas pueden proporcionar educación sobre el cuidado de la piel, incluyendo técnicas de limpieza suave, hidratación y protección contra lesiones.
  • Educación y manejo del linfedema: Los fisioterapeutas también desempeñan un papel importante al proporcionar educación al paciente sobre el linfedema. Donde se incluyen estrategias de autocuidado, precauciones para prevenir lesiones, manejo de la hinchazón y recomendaciones para el uso de prendas de compresión.

Es importante tener en cuenta que el tratamiento del linfedema es generalmente un enfoque a largo plazo que requiere un compromiso continuo del paciente. La fisioterapia proporciona opciones de manejo efectivas y puede mejorar significativamente la calidad de vida de las personas afectadas por esta condición crónica. Si estás lidiando con el linfedema, trabajar con un fisioterapeuta especializado en linfedema puede ayudarte a desarrollar un plan de tratamiento personalizado y efectivo para gestionar tus síntomas y mejorar tu bienestar general. Contáctanos y te ayudaremos en tu proceso de recuperación.

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Preguntas frecuentes sobre el linfedema 

¿Cómo tratar un linfedema fisioterapia?

El tratamiento del linfedema mediante fisioterapia incluye técnicas como el drenaje linfático manual, vendajes compresivos, ejercicios terapéuticos, cuidado de la piel y educación sobre el manejo del linfedema. Estas intervenciones ayudan a reducir la hinchazón, mejorar la movilidad y prevenir complicaciones.

¿Qué ejercicios son buenos para el linfedema?

Los ejercicios recomendados para el linfedema incluyen ejercicios de rango de movimiento, estiramiento y fortalecimiento, adaptados a las necesidades individuales del paciente. Estos ejercicios pueden ayudar a mejorar la movilidad, estimular el flujo linfático y fortalecer los músculos circundantes. Es importante trabajar con un fisioterapeuta especializado en linfedema para desarrollar un programa de ejercicios seguro y efectivo.

¿Cómo quitar la hinchazón de linfedema?

Para reducir la hinchazón del linfedema, se recomienda una combinación de técnicas que incluyen drenaje linfático manual, vendajes compresivos, ejercicios terapéuticos, cuidado de la piel y educación sobre el manejo del linfedema. Estas medidas ayudan a mejorar el flujo linfático y a prevenir la acumulación de líquido en los tejidos afectados.

Referencias bibliográficas

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  • Szuba, A., Shin, W. S., Strauss, H. W., & Rockson, S. (2003). The third circulation: Radionuclide lymphoscintigraphy in the evaluation of lymphedema. Journal of Nuclear Medicine, 44(1), 43-57.
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