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Dolor crónico y fisioterapia: Beneficios

Más de un 30% de los adultos españoles siente alguna clase de dolor. Un porcentaje significativo, como lo es la cifra de los que padecen dolor de larga evolución o crónico: hasta un 17% de la población del país. Casi la mitad de ellos, diariamente.

Una afección que perjudica gravemente la calidad de vida de sus pacientes. Ocasiona ausencias en el puesto de trabajo y, en algunos casos, incapacidad laboral. 

¿Qué es el dolor de larga evolución o crónico?

Cuando hablamos de dolor de larga evolución nos referimos a una sensación desagradable, de carácter subjetivo e intensidad variable, localizada en una o varias zonas corporales. Su principal característica es lo prolongado de su duración. El dolor crónico no remite ante el restablecimiento de la lesión tisular desencadenante. Es capaz de prolongarse por meses, llegando algunos pacientes, a experimentarlo durante años.

¿A partir de qué duración se puede considerar dolor crónico?

Si una vez resuelta la lesión desencadenante del dolor, este no ha remitido, sino que se prolonga y reitera, estamos ante un caso de dolor de larga evolución o crónico.

Se asocia a menudo a patologías y afecciones sistémicas, como la artritis, fibromialgia, dolor de cabeza con origen cervicogénico, osteoartritis, enfermos de diabetes o pacientes con oncológicos.

¿Qué hacer ante un caso de dolor de larga evolución o crónico?

Ante un diagnóstico de este tipo, puede resultar beneficioso, practicar algunas rutinas saludables, y realizar un adecuado descanso en la noche, durmiendo las horas necesarias.

Igualmente, implica la renuncia a algunas rutinas o hábitos perjudiciales como el consumo de tabaco, en favor de obtener mejoría en el dolor. Este último, perjudicial para la salud en general. Es una buena ocasión para dejarlo.

dolor crónico y la importancia de la fisioterapia

Fisioterapia en casos de dolor de larga evolución o crónico

Las diferentes técnicas de fisioterapia y sus aplicaciones tienen como fin asistir a los pacientes que padecen dolor de larga evolución, contribuyendo a su fortalecimiento y al restablecimiento, pleno y seguro, de su movilidad.

La fisioterapia contribuye a una mejora de la calidad de vida de los pacientes, aliviando los síntomas, ocasionados por el dolor crónico

Una correcta educación en dolor es esencial para los pacientes afectados por un cuadro de dolor de larga evolución. Corregir y perfeccionar la capacidad del paciente, para enfrentarse a situaciones de miedo, vigilancia excesiva, es especialmente importante e incide positivamente en el día a día de los pacientes.

Existen diferentes terapias orientadas al control del dolor, algunas de ellas son:

  • Terapia manual: Esta aplicación se basa en el empleo de las manos o instrumentos sobre los tejidos, buscando el alivio del dolor. 
  • Electroterapia: una de las técnicas más empleadas dentro de la electroterapia es la neuroestimulación eléctrica transcutánea. Esta actividad proporciona un efecto analgésico sobre los síntomas dolorosos.  
  • Tratamiento mediante punción seca: Esta técnica consiste en la punción, mediante aguja fina, de los puntos gatillo miofasciales. 
  • Educación en Dolor:

¿Qué actividades reducen el dolor crónico?

La actividad física contribuye al bienestar del ser humano. Realizar ejercicio físico disminuye el dolor de larga evolución o crónico, además de ser realmente positivo para tu día a día.

Aunque existen multitud de actividades físicas que puedes realizar, algunas de las que mayor beneficio producen son: 

  • Ejercicios aeróbicos: Actividades sencillas como dar un paseo, jugar al fútbol o el típico ejercicio de subir y bajar escaleras. Este tipo de prácticas contribuyen al incremento del ritmo cardíaco.  
  • Ejercicios que incrementan la resistencia: Son actividades como la natación, los abdominales parciales o un paseo en bicicleta, que contribuyen a fortalecer el cuerpo humano, promoviendo su resistencia general. 
  • Ejercicios de estiramiento: Favorecen la relajación de la tensión muscular, calmando espasmos. Son indicados, en pacientes con dolor crónico, para proporcionar la debida flexibilidad. 

Dolor agudo vs dolor crónico

El dolor agudo se produce por el daño de un tejido, el sistema sube el volumen de la señal de dolor y de alarma para cambiar el comportamiento y promover la curación de los tejidos. Es un aviso para proteger el tejido.

Hay una relación directa entre dolor y daño del tejido.

La mayoría de los tejidos se recuperan entre 3 y 6 meses, el tejido está ya reparado.

Dolor crónico: pero el dolor sigue porque el Sistema Nervioso se ha vuelto hiperactivo, hipersensible e híper reactivo. Es un proceso de Hiper reactividad.

dolor crónico y la importancia de la fisioterapia

Dolor crónico = sistema de alarma

El daño del tejido no justifica el dolor, se suma algo más, una experiencia.

El dolor crónico es una necesidad de protección, una alerta en todo el sistema que requiere de una necesidad de seguridad. Es un caso de la mala gestión de la sobre protección del Sistema Nervioso.

Esto crea una sensibilización central: la información del sistema nervioso ha cambiado. La información que llega de los tejidos del cuerpo no tiene nada que ver con la información de dolor que manda el cerebro.

Es como si escribes algo en el teclado del ordenador y en la pantalla aparece algo totalmente diferente. 

Entonces el dolor genera un estado de alarma permanente. Sigue después de que el tejido se haya curado del todo.

El dolor depende de tu forma de responder al estrés, de tu historia de dolor, del miedo, de la ansiedad que te provoque, de las emociones, del bienestar, sueño, equilibrio entre vida laboral y cotidiana, creencias, experiencias, sistema sensorial, apego etc.

El cómo tú afrontas eso y cómo tú lo vives, en todas tus circunstancias y en todas tus vivencias. Cada uno vive el  dolor dependiendo de tu historia.

Dolor crónico y el Trauma

En términos generales, el proceso se parece al trauma. Un proceso de híper reactivación, de protección o de congelación, que te has quedado en un lugar que ya no está ocurriendo y que no puedes adaptarte a todo lo que te está ocurriendo en el presente, no puedes actualizarte.

No tienes los recursos ni las herramientas necesarias para poder regularte ni salir del proceso. Y todo esto te está condicionando mucho tu vida. 

Miedo al movimiento

El estado de alarma que provoca el dolor crónico suele venir con miedo al movimiento. Creamos una sobreprotección sobre la zona que nos duele, aunque el tejido ya esté curado, y nuestro esquema corporal cambia completamente, provocando compensaciones que a largo plazo echan más leña al fuego a la hiperactividad del sistema nervioso afianzando más el dolor crónico.

Dolor crónico

El poder de las Palabras

Muchas de las personas que padecen de dolor crónico han pasado por muchos profesionales sanitarios. Y muchas veces, algunos profesionales  dan veredictos o sentencias muy duras a la ligera a la persona con solo mirar una prueba diagnóstica  (radiografía, resonancia, analíticas etc…) te enseñan la imagen y te dicen que ya no vas a poder hacer algo nunca más.

O te enseñan y te explican muy bien el problema que tienes que se ve en una resonancia ( por ejemplo una hernia) y eso te activa mucho esa alarma del sistema nervioso. Porque aunque la hernia deje de doler, el paciente no deja de pensar en que tiene una hernia y no se va a atrever a moverse como antes o hacer la actividad de antes.

¿Cómo podemos abordar el dolor crónico?

Entorno de seguridad

El entorno de seguridad, de confianza calma al sistema nervioso, disminuye la alarma y baja el dolor. 

Los centros neuronales que regulan el dolor son los mismos que regulan las actitudes pro-sociales básicas, la neurobiología relacional. El encuentro con el otro que genera una sensación de seguridad parece que interactúa de alguna manera con la modulación del dolor. 

Por lo que la sensación de seguridad es la principal vía de entrada para disminuir el dolor. Ya que el dolor tiene mucho que ver con la evaluación de seguridad por parte del cerebro. 

La confianza en el terapeuta es clave.

Ejercicio y movimiento

El ejercicio es esencial para trabajar el dolor crónico.

Mucho del dolor crónico es por miedo al movimiento, enseñarles la forma de moverse sin dolor, y reconocer que puedes volver a hacer movimientos cotidianos que llevas mucho tiempo sin explorarlos sin dolor es muy relevante.

Enseñar movimientos y ejercicios que pasen por debajo del radar del sistema de alarma. Trabajar la precisión y la variedad de movimientos, practicar micro movimientos lentos.

Visualización de movimientos.

Ejercicios de control neuromuscular: movimientos que trabajen la conciencia del cuerpo. Movimientos lentos para sentir más. Que ayudan a activar la musculatura de una manera más eficiente y con menos gasto energético, activando la musculatura que estabiliza al cuerpo de una manera natural.

Y poco a poco empezar con ejercicios que sean afines a ti, que te den recursos de una manera paulatina y con poca carga ( baile, andar en la naturaleza, yoga), ejercicios que te gusten hacer.

Sentir nuestro cuerpo y cambiar la percepción de él

Otro gran pilar importante para abordar el dolor crónico es conseguir un cambio de percepción en nuestro cuerpo.

Hay muchas herramientas como el trabajo de conciencia corporal, volumen, peso, sensación sentida (sensaciones implícitas que sentimos en nuestro cuerpo). 

Para ello damos recursos corporales, para poder sentir zonas de nuestro cuerpo que se sienten bien, que nos conectan con la salud. Y esto calmará esa hiperactivación y señal de alarma del SN.

El trabajo miofascial y biodinámico en el cuerpo, mejora mucho la organización de las tensiones en el cuerpo, mejora las funciones en los sistemas corporales, y esto se aprecia en el cuerpo con mucho bienestar.

Así poder relacionarnos con todo lo que hay, poder estar en el cuerpo con ello. Dar seguridad, disminuir la alerta, controlar la hiperactivación del SN vegetativo,..

La forma de no sentir el dolor es sentir el cuerpo. Al igual que la forma de liberar el trauma es sentir el cuerpo. Y sólo puedes sentir el cuerpo si tienes los recursos y sientes la confianza necesaria.

Focusing (enfocar ): sentir más allá de nuestro dolor, poder separarnos de él, no identificarnos con él, tomando una distancia del dolor que nos permita poder estar también con todo lo demás. Profundizar en la sensación sentida (información implícita que hay detrás del dolor), permitir que te llegue la información, que se pueda simbolizar y ponerle palabras. Así poder cambiar la relación con el dolor. 

Dolor crónico

Educación del dolor

Es importante pararse a explicar todo esto al paciente, porque venimos con unas creencias sobre el dolor que normalmente son muy diferentes a esto que estamos explicando. Y eso limita mucho la posibilidad de cambio.

Cómo trabajamos el dolor crónico

Establecer el lugar de encuentro con el paciente.

Sabemos que cada persona es única, y viene con una historia totalmente diferente. Y no siempre podemos empezar de la misma manera.

Por eso creemos que es muy importante establecer un lugar de encuentro entre el paciente y el terapeuta. Esto es encontrar la forma más natural, cercana y segura donde poder empezar a relacionarnos con toda la historia que trae el dolor crónico. 

Fisioterapia y movimiento

Sabemos que el trabajo del tejido no es lo que nos va a sacar de un proceso de dolor crónico. Pero quizás es el punto de partida que necesita la persona para encontrarse a gusto y en un entorno seguro. El espacio de seguridad es que le trabajen el tejido porque no conocen otra cosa que puede ser desconocida y le genera rechazo.

Explicar todo de lo que trata el dolor crónico , trabajar el movimiento sin dolor poco a poco podemos empezar el trabajo con biodinámica y psicología.

El trabajo de fuerza puede ser también un buen aliado para salir del dolor crónico.

Psicología

Necesidad de comprender, encuadrar y poner nombre a todo lo nuclear que le está pasando. Encontrar la seguridad y la confianza desde aquí para entrar en una co regulación del sistema nervioso y poder trabajar la salud desde el cuerpo también en la medida que se vaya abriendo.

Biodinámica

Contactar con el cuerpo, establecer recursos corporales, poder relacionarnos con él sin que nos abrume el dolor. Despejar un espacio para que el dolor no lo ocupe todo, acceder a las sensaciones sentidas con significado implícito, regular el sistema nervioso autónomo etc.

Estas son unas de las principales propuestas de trabajo para empezar a trabajar la salud desde el cuerpo.

Química: trabajo nutricional

Quizás hay gente que la prioridad es re-establecer una buen química en el cuerpo para que empiece a regularse de forma adecuada. Además de introducir cambios de hábitos en su estilo de vida.

Si durante las consultas vemos necesario este abordaje, conocemos a grandes profesionales de confianza y con un amplio conocimiento para poder derivarlos.

Cambiar la relación con nosotros mismos

Damos herramientas para poder relacionarnos con las zonas de nuestro cuerpo que nos abruman, que llevan tanto tiempo dándonos sufrimiento que no queremos saber nada de ella o del cuerpo en general. Con los recursos necesarios, la presencia y un espacio de seguridad y de sostén, podemos empezar a relacionarnos con ellas, y permitir que se despliegue toda esa “energía” contenida en las zonas protegidas y pueda estar disponible e integrarse con el resto del organismo. 

Así mejoramos la función global de todos los sistemas de nuestro organismo. Podemos integrarlo en nuestras conductas y formas de enfrentarnos al día a día de una forma más saludable. Encontrándonos mejor porque nuestra percepción, nuestra relación con nuestro cuerpo han cambiado. Y nuestra salud mental, emocional y corporal están menos limitadas y mucho más integradas.

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Preguntas frecuentes

¿Cuál es el dolor crónico más frecuente?

El dolor de espalda baja es el dolor crónico más frecuente.

¿Cómo se quita un dolor crónico?

El tratamiento del dolor crónico puede incluir medicamentos, fisioterapia, ejercicio, técnicas de relajación, terapia cognitivo-conductual y, en algunos casos, procedimientos médicos o cirugía.

¿Cuánto dura el dolor crónico?

El dolor crónico dura más de 12 semanas, persistiendo incluso después de que la causa inicial se haya tratado o desaparecido.

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